Y en el medio de la noche se besaron hasta desgastarse los
labios, extasiados en un mar caricias ninguno tenía intención de detenerse.
Todo iba tan rápido y tan despacio a la vez, tan suave y tan frenético, tan ilógico
y tan coherente. No había nada que pudiera pararlos, juntos podían detener el
mundo, prender fuego la ciudad, hacer
posible lo imposible. Juntos eran indestructibles, eran fuertes. Juntos eran magia..