25 ene 2023

Te encontré en un laberinto, en un lugar desconocido e incierto, buscando la salida, nos miramos y corrí. Cuantas ganas de sentirte cerca tenía, pero simplemente corrí. Me atrapaste, incluso mucho antes de agarrarme la cintura y besarme. Lo hiciste con ansias, con dulzura y supe que ya no podía seguir corriendo, simplemente no podía huir de tus manos, de tus labios, de tus ojos, no quería alejarme y cuando lo hicimos fue sólo para agarrarnos de las manos y no soltarnos más. Que increíble fue sentirte, tocarte, improvisar, fluir, dejar el miedo y vivir con ganas. La música se escuchaba lejos y yo no podía ver a nadie más que no fueras vos, no dejaste de sonreír y tu mirada nunca más salió de la mía.

Pasaron las horas y seguiste besándome, me gastaste los labios, me acalambraste el cuello, me provocaste más sonrisas de las que alguien me había generado en mucho tiempo. Bailamos y caminamos por horas, sin un destino específico, disfrutando de la cercanía, de la calidez del momento, de las risas, las conversaciones largas y los besos robados en cada semáforo en rojo. Te confesé que quería esto desde hace mucho tiempo y me dijiste que merecía recibir mucho amor porque era exactamente lo que yo trasmitía y que irónico que en ese momento estaba recibiendo exactamente eso, sintiendo tus brazos alrededor de mi cuerpo, cubriéndome por completo, cubriéndome el alma, deseándome. Y las horas siguieron pasando y yo no entendía cómo era posible tener tanta conexión con alguien, me miraste como si fuera lo más brillante que habías visto y me entregué completamente. Probé el sabor de tu piel, quisimos más y fue muy fácil entender que no iba a poder despegarme de vos. No creo que puedas imaginarte cuantas veces quise esto, cuantas veces me soñé siendo tuya y haberlo cumplido fue exactamente lo que tenía que ser. Que bendito el caos que me hizo llegar hasta vos, que benditas las fuerzas que te impulsaron a acercarte a mí, que sublime cada detalle de nuestro encuentro y que puras las  intenciones de hacernos bien.


No puedo describir exactamente lo que me provoca tenerte cerca, tu sonrisa me desacomoda las ideas y tu mirada me acelera el pulso, esa forma de verme como si quisieras tenerme más cerca me entrecorta la respiración. Que profundo es el mar en tus ojos, que noble es tu forma de acercarte a los demás, me intriga saber qué hay mas allá, cuáles son tus miedos, tus demonios a vencer, quiero ver tu lado oscuro porque tu luz pueden verla todos, tu luz es tan inmensa que invade. Tu belleza es sublime, casi poética y combinada con tu inteligencia te vuelve absolutamente irresistible. Me hablas cerca de la boca y se me caen todas las barreras, tu voz se vuelve cada vez más grave  y la tensión es cada vez más densa.

Que pecado no besarte cada vez que lo siento, que infortunio que no sepas lo que generas en mí, que bendito el momento en que me viste por primera vez, porque me diste la oportunidad de despertar, de hacerme sentir otra vez.


13 ene 2023

Oro.

Que bendita suerte la mía por haber encontrado una hermana en el viaje más largo que es la vida, que inmenso regalo me dio el universo al permitirme compartir mis días y aventuras con un ser tan lleno de luz y amor. La conexión que tuvimos fue instantánea y haber logrado que perdure a través de tantos años es simplemente admirable. Tus palabras, en todas las ocasiones, me impulsan a seguir, a escucharme, a valorar el presente, tus consejos me ayudan a ser valiente, a mirar al frente y a entender que la vida es una vez. Sos mi ángel de la guarda en la tierra, la que me cuida, la que no juzga, la que me sostiene y me acompaña. Solo tengo palabras de gratitud y buenos deseos hacia vos porque sos una de las pocas personas en el mundo que se merece todo lo grande, todo lo sano, y que el amor le vuelva multiplicado. Te quiero y te admiro, confío ciegamente en vos y pondría mis manos en el fuego con la absoluta seguridad de saber que siempre vas a enorgullecerme. Gracias por ser mi amiga, por amarme incondicionalmente y demostrarlo, por estar, por mostrarme que la vida es más fácil cuando la compartís con personas que valen tanto.