5 dic 2012
Simplemente una chica de pueblo, con un vestido al
cuerpo y unos ojos brillosos se subió al tren de medianoche con rumbo a ninguna
parte. Simplemente un chico de
ciudad, con una campera de cuero y un
boleto de cine vencido se subió al tren de medianoche con rumbo a ninguna
parte. Ambos querían acomodar sus pensamientos, llenar sus vidas con algo que
no sabian que era hasta que se encontraron y sin saber porque terminaron
compartiendo sonrisas en un bar del sur de Detroit aparentemente alejado de todo. El contaba anécdotas mientras
ella reia sin parar, ambos se sentían cómodos a pesar de que eran dos perfectos
desconocidos y siguieron conversando hasta que el bar cerró. Al dia siguiente
volvieron a verse en el mismo bar y
acostumbraron a hacerlo cada noche, dándose cuenta que con el tiempo el vacio
que habían sentido la primera vez que tomaron el tren de medianoche desaparecia
porque sus almas estaban entrelazadas, destinadas a encontrarse y sus sonrisas podían
llenar cualquier vacio en el mundo..
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