“Año nuevo,
vida nueva” La frase trillada que todos en algún momento dijeron. La frase que
esconde la esperanza de un año mejor, de un nuevo comienzo, de oportunidades.
Un simple enunciado que intenta hacernos creer a nosotros mismos que podemos
cambiar, ser más felices reemplazando a los que ya no están y dándole la
bienvenida a los que llegaran, prometiéndonos ser mejores personas o mejorar
nuestros hábitos que fueron empeorando a medida que pasaban los meses en el año
anterior. Una frase “quemada” que repetimos con el fin de dejar todo atrás, las
malas vibras, las malas épocas, la mala gente.
“Año nuevo,
vida nueva” no es más que una simple excusa, un pretexto que utilizamos como
mantra para no enfrentar la realidad. El cambio surge de nosotros, no cambiamos
de un día para el otro y mucho menos porque un calendario lo diga. El día
exacto para comenzar a ser mejor y a tener una vida más feliz puede ser
cualquiera solo tenemos que dar el primer paso, movernos por la esperanza, por
los sueños y trabajar para ello,
entender que la “vida nueva”, no existe, existe el progreso, el esfuerzo
y la motivación que nos impulsa a tener una vida mejor y renovada. El cambio
está en nosotros.
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